Se está gestando una batalla en el mundo de la ropa deportiva, que enfrenta a los millennials mayores con sus sucesores más jóvenes de la Generación Z. ¿El arma preferida? Pantalones, específicamente, lo ajustados que son. Mientras que los asistentes al gimnasio milenials han adoptado durante mucho tiempo los leggings elegantes y la vestimenta deportiva ajustada, la Generación Z está defendiendo el regreso a sudaderas holgadas, camisetas holgadas y cortes “generosos”.
Este choque generacional ha provocado un debate, alimentando la sensación de que lo que alguna vez fue cool (el athleisure ajustado) podría estar a punto de desaparecer. El Wall Street Journal incluso informó sobre esta tendencia, destacando el cambio hacia siluetas más holgadas en marcas como Lululemon, Vuori y Alo Yoga. ¿Pero es esto sólo otro ciclo fugaz de la moda o algo más profundo?
Por qué los millennials se aferraban a las mallas
Para los millennials, los leggings eran algo más que ropa deportiva; se convirtieron en un símbolo del auge de la cultura del fitness. Los millennials alcanzaron la mayoría de edad durante la explosión de las marcas de athleisure, con Lululemon y Nike a la cabeza. Esta generación vio que las primeras prendas deportivas se inclinaban hacia estilos más cuadrados, por lo que la aparición de diseños ajustados pareció innovadora e incluso seductora. La ropa ajustada acentuaba la definición de los músculos, haciendo que cada entrenamiento pareciera una actuación.
“Están tratando de confundirte, Alex”, dice Bobby McMullen, entrenador millennial y fundador de la aplicación de fitness Adonis, usando su humor seco para resaltar lo que él ve como una disminución en la ropa funcional para el gimnasio. “Están anteponiendo la forma a la función y eso me enferma”.
Para McMullen, las mallas representaban más que una mera practicidad; encarnaban el orgullo que sentían los millennials por sus logros físicos. El auge de los gimnasios y las clases de fitness impulsó esta tendencia. “Si estás haciendo sentadillas, quiero ver un resumen incómodo de lo que está sucediendo ahí abajo”, afirma riendo. “La parte inferior de tu sentadilla debe ser TV-MA”.
Generación Z: comodidad sobre vergüenza
Mientras que los millennials adoptaron el athleisure como una insignia de logro físico, la Generación Z lo ve de manera diferente. Esta generación más joven está más preocupada por la comodidad y adopta una definición menos rígida de vestimenta de “entrenamiento”. Consideran que la tendencia hacia la ropa muy ajustada es performativa e incluso vergonzosa. Las sudaderas holgadas y las camisetas de gran tamaño se consideran cómodas para el uso diario y funcionales para hacer ejercicio, especialmente para actividades como correr, andar en bicicleta o pilates.
Jojo Kelly, una cúsper millennial de la Generación Z (nacida en 1996) y entrenadora en jefe de Tonehouse en la ciudad de Nueva York, ilustra esta mentalidad: “No puedes saber si tus rodillas se extienden sobre el segundo dedo del pie cuando usas pantalones deportivos”, señala sobre el valor de la ropa ajustada durante los entrenamientos intensos. “También creo en usar lo que te haga sentir más cómodo. ¡Hacer ejercicio ya es bastante incómodo!”
Sharon Kim, una joven millennial creadora de contenido sobre estilo de vida y entusiasta del fitness, reconoce este cambio: “Me gusta usar ropa holgada, pero desde una perspectiva de entrenamiento, no sé cómo me siento al respecto”, dice. “No estoy haciendo yoga suave; estoy corriendo millas”. Ella observa que muchos miembros de la Generación Z optan por ropa deportiva más holgada antes y después de sus entrenamientos, combinando ropa informal con rutinas de fitness.
El campo de batalla de la moda en constante cambio
Si bien el debate sobre los leggings puede parecer dramático, es parte de un patrón más amplio: lo que se considera “de moda” está en constante evolución. Desde jeans ajustados hasta calcetines tobilleros, cada generación va en contra de las normas estilísticas de sus predecesoras. Es probable que la Generación Alfa eventualmente rechace los estilos holgados y ajustados por algo completamente nuevo.
Los verdaderos ganadores en este tira y afloja generacional son las propias marcas de athleisure. Sacan provecho de ambos lados: ofrecen una amplia gama de opciones, desde mallas ajustadas hasta sudaderas de gran tamaño, para apaciguar a cada generación y mantener el flujo de ganancias.
Lo que queda claro es que el futuro de la indumentaria deportiva es flexible, tanto en sentido literal como figurado. La comodidad, la practicidad y la expresión individual probablemente seguirán dando forma a lo que usemos, ya sea en el gimnasio o en nuestros desplazamientos diarios. Los leggings pueden seguir siendo un pilar para muchos, pero las siluetas más holgadas están a punto de unirse a ellos como elementos básicos en el siempre cambiante panorama de la moda.



























