El conocido botón “Me gusta” de Facebook que a menudo se ve incrustado en los sitios web va a desaparecer. Meta anunció en agosto de 2023 que descontinuará sus botones externos “Me gusta” y “Comentar” antes del 10 de febrero de 2026. Si bien la eliminación de estos complementos técnicamente no interrumpirá ninguna funcionalidad existente del sitio web, marca un cambio significativo en la forma en que las redes sociales interactúan con la Web en general.
Estos botones estaban omnipresentes durante el auge de la Web 2.0. Introducidos en 2016, permitieron a los usuarios interactuar directamente con el contenido de Facebook desde otras plataformas (dar me gusta a publicaciones de blogs, comentar artículos o compartirlos con su red), todo sin salir de su página actual. Esto no sólo impulsó la participación de los sitios web que muestran los botones, sino que también le dio a Facebook una poderosa herramienta para recopilar datos de los usuarios incluso fuera de su propio dominio.
Una reliquia de una época diferente
Meta reconoce que estos complementos están cada vez más obsoletos. La compañía afirma que esta decisión refleja “una era anterior de desarrollo web” y reconoce la disminución en su uso a medida que los hábitos de Internet han evolucionado. Es cierto que el papel de las redes sociales ha cambiado significativamente. Ahora la gente descubre contenido predominantemente a través de aplicaciones como TikTok, Instagram e incluso YouTube en lugar de sitios web tradicionales.
La naturaleza misma de los “me gusta” y los “comentarios” también ha cambiado. En lugar de añadir interactividad a sitios web externos, los usuarios ahora interactúan directamente en las plataformas donde consumen su contenido, dejando comentarios y reacciones dentro del propio Facebook. Básicamente, las redes sociales han hecho que estos botones externos sean innecesarios.
La medida de Facebook también subraya cómo las empresas de medios sociales están dando cada vez más prioridad a sus propios jardines amurallados, centrando la atención y el compromiso de los usuarios dentro de sus propias aplicaciones en lugar de extender su influencia a sitios de terceros.
Esto no es simplemente nostalgia por una época pasada; refleja las formas fundamentales en que se está transformando la interacción digital. El auge de las experiencias móviles primero, las fuentes algorítmicas y los ecosistemas basados en aplicaciones han disminuido en gran medida la necesidad de estas mecánicas sociales entrelazadas que alguna vez caracterizaron el panorama inicial de Internet.





























